Benedicto XIII de Aviñón o mejor conocido como Papa Luna, se trasladó a Peñíscola en 1411 haciendo de este castillo su domicilio habitual, lugar desde el cual marcó una dura resistencia ante las fuerzas de la Iglesia Católica, poniendo en jaque durante 40 años al Vaticano, en una época dominada por guerras, corrupción y conflicto de intereses. El Papa Luna, provocó una de las grandes crisis políticas y morales de esta institución. Bajo su «Nos, non Possumus abdicare» envió un mensaje a la Iglesia en el que fijaba su posición como legítimo Papa.
La historia cuenta dos versiones de esta figura tan importante para la historia. Por un lado, durante años fue acusado de embaucar a la cristiandad y aprovecharse de la misma para su interés personal. Otra versión habla de este líder como una persona altamente moralista, intachable y de habilidades virtuosas que podrían haber llevado el movimiento religioso por mejor camino al que se vislumbraba en la época. La historia del Papa Luna y el castillo donde hizo frente a una época convulsa, hace de Peñíscola un sitio de interés histórico y cultural que debes descubrir.